jueves, 2 de diciembre de 2010

¿Es la mujer de hoy el "nuevo hombre"?



La mujer de hoy ¿es el nuevo hombre?. Me hice esta pregunta hoy cuando pensaba en todas las actividades que asumimos como nuestras a la hora de hacer efectiva: la cena, las compras mensuales, la salud de nuestros chicos, la ampliación de la casa, el irnos de vacaciones o el hacer una huerta.
Es decir: cualquier cosa que tenga que ver con la vida cotidiana en la que el hombre (nuestros hombres) ya no se implican.
Comentándolo con mi pareja él me respondía hoy que esto es así porque en realidad nosotras las mujeres estamos ocupando espacios que antes no, “copándolos” por decirlo de alguna manera. No dejando resquicios en los cuales ellos puedan colarse y colaborar. O sea: la culpa es nuestra. Somos demasiado perfeccionistas, pensamos que sólo nosotras “podemos hacerlo bien” y, por lo tanto, no permitimos que ellos “hagan”.
Reconozco que soy perfeccionista o tal vez obsesiva en eso de “nadie lo hace mejor que yo” (y he discutido esto con amigas a las que les pasa igual, lo cual me lleva a preguntarme por un lado ¿por qué nos pasa? y por el otro a sospechar de la coincidencia) pero muchas veces nosotras esperamos que ustedes los hombres se hagan cargo y ¡oh sorpresa!, no lo hacen. Lo que nos lleva a hacer lo que hay que hacer para que el niño no quede sin su exámen anual en el dentista, la niña no deje de asistir a la psicóloga, la casa no se nos venga abajo por esa pared mal construída, la maceta de cerámica de 10 kg deje de obstruirnos el paso y no perdamos 1 hora esperando que se decida que cenamos esta noche.
Tareas cotidianas hay miles, millones si las multiplicamos por todos los días de año. También nosotras trabajamos, nos cansamos y necesitamos tomarnos una hora de vez en cuando para no pensar en nada más que en nuestras uñas…así como ustedes necesitan leer un libro, hojear el periódico o rascarse (ya sabemos donde…).
A lo que voy es: no renegamos de lo que hemos asumido como labores propias en los últimos 50 años, pero en una relación de pareja ¿no deberíamos esperar la colaboración mutua?. ¿En una relación “igualitaria” como la que se vive en esta época está mal esperar colaboración? ¿O la relación es igualitaria a la hora de trabajar codo a codo (a veces) y dividir los gastos? ¿no será hora de que empezemos a criar a nuestros chicos de forma diferente, para que cuando sean mayores puedan entender lo que significa trabajar en equipo?
Cuando estudiaba antropología recuerdo que uno de los textos que más me gustó y también llamó mi atención fue “Las estructuras elementales del parentesco” de Lévi-Strauss. En este libro, Strauss cuenta como en ciertas tribus (de no recuerdo que parte del mundo) cuando los niños tienen alrededor de 5 años comienzan a ser llevados por sus padres, mientras ellos deben hacer las labores diarias de cosecha o de tejidos, etc, para colaborar y aprender las tareas diarias. De esta manera, dice el autor, a diferencia de la educación que se imparte actualmente a los niños en nuestras sociedades "modernas" (más allá de que en nuestra sociedad se ha priorizado la educación formal) los cuales son relevados de casi todas las tareas cotidianas por sus padres, los niños de esta tribu aprenden a temprana edad lo que implica el trabajo y que hay un momento para este y otro para el descanso. De tal forma que estos niños se hallan mejor adaptados al llegar a la edad adulta para formar parte del colectivo y ser parte fundamental del mismo.
¿Podremos aprender algo, entonces, de las sociedades mal llamadas "primitivas", o estamos demasiado "evolucionados" para hacerlo?